Pienso que todo fue un mal sueño, pienso que al volver a casa te encontraré sentado en la ventana, tan lindo tú, apoyando tu patita en la reja, y con tu carita de gruñón.
Fue un camino largo junto a ti, mi bebito, un hermoso camino que recorrimos de la mano, de la pata.
Sé que fui muy afortunada al elegirte aquel día de mi vida pre universitaria, el 2007. Desde ese día te cuidé, te daba tu comidita, agüita, te hacía jugar, tú jugabas también, tan bravuconamente.
Viviste tu juventud en los techos, con las gatitas, y sufrias los estragos de esas noches de pasión. Herido, magullado te aparecías todos los días a las 5:00 am. Y yo te recibía alegremente para darte tu whiskas de carne, pollo y leche.
Mi adorado Michi IV. ¡Cuánto te extrañaré!
Después de tantas aventuras que ponían en riesgo tu vida, decidimos por tu bien castrarte (T.T lo siento jeje). Y empezó tu vida sedentaria, tranquila y glotona.
¡Seis años y 5 meses mi bebito! No encuentro forma de agradecerte más que recordarte siempre. Tú, mi gato, yo, tu humano.
Perdóndame por todo lo que no hice, perdóname por a veces no entenderte, a veces tus "miaus", eran difíciles de interpretar, y mi diccionario de "miaus" era limitado.
Hice todo para hacerte feliz, mi bebito, y no me arrepiento de nada. Hice todo para que sintieras el mínimo dolor, solo el dolor de tener una humana fastidiosa a la que le gustaba abrazarte.
Tú serás por siempre mi Michi IV, el único e irremplazable.
Y nunca me cansaré de escribir sobre ti.
Te quise y te quiero muchísimo mi hijito con bigotes.
Te extrañaré siempre mi bebito!
martes, 4 de junio de 2013
Te encontraré
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